Impulso: Ese mágico momento inesperado

PELÍCULA IMPULSO
DIRECCIÓN: Mateo Herrera.
REPARTO: Cecilia Vallejo (Jessica), Carlos Racines (Julio), Erika Granda (Laura), Tamara Navas (Violeta), Enrique Acosta (Edgar), Rosita Sánchez de Romero (abuelita), Lady Estrella (tía).
GUIÓN: Mateo Herrera, Esteban Monrroy y Gabriela Calvache.
DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Pablo Gordillo.
MUSICALIZACIÓN Y MEZCLA FINAL: Juan Luzuriaga.
EDICIÓN: Juan Carlos Donoso.
DIRECCIÓN DE ARTE: Teodoro Cornejo.










Esta película lleva inmerso un mensaje de vida, no un típico mensaje sino uno particular y crítico, hay que encontrar la felicidad a como de lugar.

En el inicio del filme y mientras transcurría el tiempo, siempre se vivía el mismo ambiente, pese a que Jessica salía con sus amigos y hacía lo que se le antojaba, no era feliz y se proyectaba una sensación de angustia, vacío y desesperación.

No siempre las formas convencionales de vivir son las más adecuadas para todos, Impulso muestra que en la búsqueda desesperada de una adolescente para encontrar su identidad, nada de lo que ella cree que le dará libertad, le hace feliz.

Es un intrigante mensaje el que deja esta película, sumerge al espectador en un mundo lleno de posibilidades insospechadas, le hace pensar y reflexionar sobre qué realmente necesita para ser feliz.

La actuación de Cecilia Vallejo es fundamental para la comprensión de la película y, al no representar bien su papel no le favorece mucho al filme y a la idea que quiere proyectar Mateo Herrera.

Cecilia en el papel de Jessica es muy fingida al igual que en la actuación de la película Qué tan Lejos (ella es Tristeza), esto debilita la trama y, el interés del público decae puesto que desvía su atención de la idea central.

El representar un personaje frío y sin ganas de vivir no quiere decir que deba notarse una actuación forzada y sobreactuada, esto fue lo que se apreció en Impulso con la actuación de Cecilia Vallejo.

Otro personaje que no tuvo un buen desempeño fue la abuelita de Jessica (Rosita Sánchez de Romero) que no encarnó el papel de la señora dulce y preocupada, lo que se consideró una actuación de igual manera seca y fingida que también restó al espectador interés por la película.

Por otro lado, lo mejor de Impulso fue el suspenso e intriga que conectó al público con la trama en toda su duración.

La realidad de este filme es muy compleja, insinúa que es mejor no juzgar a nadie por su apariencia y comportamiento, sino entender que detrás de cada persona hay una historia a veces muy difícil de entender para el resto.

En el filme todos los espectadores al igual que la protagonista son seducidos por la muerte, Jessica a través de ella logra tener una “vida feliz”. Esta es la incertidumbre que le queda a cada una de las personas que vieron la película.

Esta es una muerte disfrazada, no es un suicidio consciente, es el producto final de una búsqueda de la felicidad; ella en un principio buscaba a su padre pero ese ideal de bienestar no era su destino.

Ninguna persona sabe cuál es su felicidad perfecta hasta que se encuentre en la circunstancia adecuada para actuar y esté preparado para dejarlo todo atrás por empezar una nueva historia.

Lo mejor no está en el proceso y en la estrategia, sino en lo inesperado, en ese algo que mueve todo el espíritu y lleva a sentir el impulso de seguirlo con ojos cerrados hacia donde esté.

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