Libre Albedrío
Estuve ausente, perdida en el mundo, de las ideas y los reproches, de la tortura. Navegué por el mar de la ira y eso significa volver a ese lugar, a ese del que ya les había contado y ahí no hay nada. Al salir, Tommy dijo una palabra hiriente, no fue para mí sino para el autor de una frase que leí en voz alta y, me sentí de vuelta en mi corazón, porque pude explicarle que no somos jueces ni dueños de la vida de los demás. Le conté que Dios nos dio libre albedrío y ese es el regalo más espectacular, porque somos libres de elegir lo que queremos ser, hacer, pensar y proyectar; según nos dicte el corazón, es decir, la conciencia. Que Dios siendo Dios no nos mira como juez sino con amor y, de la misma forma debemos entender que el amor se manifiesta de mil maneras y cada una es válida y preciosa porque viene del corazón. Todo el tiempo me escuchó, al final quiso decirme algo: "Te vas a molestar mejor me callo". Y también pude decirle que está bien, que hay que pen...