Pesadilla narcisista

La historia de horror más amorosa de mi vida, empezó con un trekking, así casual, pensaba que había sido la experiencia más increíble de mi vida, pero no sabía que en realidad era el comienzo de una historia de terror.

Seguía sin verme, no me vi nunca en ese paseo, sólo le veía a él, cómo se sentía, lo que hacía, cómo vivía; seguía siendo invisible para mí misma.

El cuento se volvió muy largo y yo era feliz pensando que se puede amar a alguien de forma genuina, aún viéndole sólo los sábados, para mí eran los “Días felices” (Como si los otros días hubieran sido absorbidos por el tiempo y el espacio).

Di, viviste para alguien y te olvidaste de vivir para ti, amaste con locura pero se te olvidó cómo amarte a ti.  ¡Qué locura!, pero ya pasó, me recupero, recupero mis partes, mis pedacitos.  Intentar amar a un narcisista es como quedarte sin aire, sin amor, sin vida. 

Ese hombre maravilloso, se transformaba en un demonio mientras hablaba con el diablo y conducía bajo la neblina de la noche, me apretaba tan fuerte que sentía pánico; mi llanto incontrolable me llevó a un lugar desconocido y sin nadie a mi alrededor, donde todo estaba nublado y no lograba ver con claridad.

Tú, Di, eres quien te cuida ahora, te repara y te consuela, te restaura después de tanto dolor.

Yo vivía para mis “Días felices” mientras narcisista se acostaba con toda la ciudad, mientras buscaba en lugares horribles lo que yo no tenía.

Él no me cuidó ni por un segundo y, con cada abrazo que venía de su corazón me destruía un poco más, sin sentirlo ni sospecharlo.

Yo no sabía con quien estaba, yo no sabía que era un monstruo silencioso, que estaba acabando con mi amor propio, con mi corazón y mis anhelos.

No fue el mejor paseo de mi vida, fue un escenario, montado a la perfección, parecía real, todo se sentía tan genuino, parecía amor, equipo; hasta podía sentir, aún con frío, el olor de la felicidad.  ¡Qué perfecta puesta en escena!  A narcisista no se le escapó ni un detalle.

Más de tres años después, intento recuperarme con todas las fuerzas de mi alma, a veces siento que se me acaba el aire, siento que me pierdo en esos recuerdos perfectos de amor falso, en esa mirada que ya ni recuerdo y, en ese corazón que nunca conocí en verdad.

¿Con quién estuve todos estos años?, aún no logro descifrarlo; un depredador sexual, que se llevó una parte de mis sueños, que se llevó mis días felices a ese agujero donde habita; ¿Qué fue lo que hice durante todos estos años, que no logro recordar?

Quiero despertar de esta pesadilla, que mis días felices sean todos los que estoy conmigo, quiero sentir mi corazón, mis olores favoritos de nuevo, quiero amar inmensamente pero amarme a mí, quiero regalarme cosas, detalles que nunca recibí, quiero estar aquí conmigo y abrazarme mientras lloro, mientras sano, mientras vivo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Imágenes del más allá: El tan ansiado final

Rosa Zárate: Una mujer de acción

Las Marujitas por aquí y por allá