Ausente de mí


Qué difícil es fingir, no estar y fingir que el alma sigue en el cuerpo; fingir, que aún respiro el anhelo que llega con cada mañana; fingir que las noches son el prometido descanso de días vacíos; fingir que todo está bajo control, que el sol pronto saldrá; fingir que no transito una tormenta prolongada y eterna, que no pasa por más que los días sí.

Fingir que vivo cuando ni siquiera sé en qué lugar estoy, fingir que estoy sanando cuando no sé lo que está ocurriendo dentro de mí; fingir que creo que todo estará bien, cuando no es así.  No logro ver, no logro despertar de esta pesadilla.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Imágenes del más allá: El tan ansiado final

Rosa Zárate: Una mujer de acción

Las Marujitas por aquí y por allá