Opinando ante la crisis...



"El que no opina sobre lo que está ocurriendo en el país no existe y no le interesa".  Ayer me dijeron esta frase y, no sé que tan cierto sea pero creo que hay que saber opinar, como seres críticos que somos, hacernos dueños y responsables de cada palabra emitida.  No se trata sólo de opinar por opinar.

He aprendido a guardar lo importante para mí, esto no quiere decir que no me interese o que sea "tonta" o incapaz de entender lo que sucede.

Si nos desconectamos por un instante de todo lo que está pasando a nuestro alrededor, nos vamos a dar cuenta que no es tan relevante tener una posición "ganadora", ni tratar de convencer a otros de tus creencias y peor si lo haces a base de insultos, groserías, ofensas y desinformación.

La verdad es sólo una y está corroborada por los hechos; es decir, los hechos son hechos, no importa de qué lado los veas o los escuches.

En realidad todo es mucho más sencillo de lo que parece y no es necesario adoptar una posición ante lo que sucede. Pongámonos a favor de la humanidad, de cultivar eso que se ha perdido en nuestro corazón, porque nadie da lo que no posee y en esta situación de crisis que todos estamos viviendo ha salido a relucir todo mucho más claro.

Hemos sembrado tanto odio, que ya hoy está normalizado y, es tan sencillo como saber de qué lado de la guerra estás.

Si es así no tengo una opinión al respecto, mi opinión me define, me dibuja en la mente de quienes me escuchan o me leen y no voy a basar ningún comentario en burlas, críticas o humillaciones.

Hemos normalizado estos comportamientos porque es lo que tenemos en el corazón, en nuestra vida, en nuestras familias.  Creemos que siempre debemos enjuiciar y sentenciar los hechos y si alguien piensa diferente pues descargamos en él todo nuestro odio.

Así que antes de opinar y hacer una crítica procuremos inundar nuestro ser de amor, de positivismo, de entusiasmo, de alegría; que nada está perdido si así lo creemos.

Hagamos una nueva realidad, pero a partir de nosotros mismos, que es lo único que podemos transformar día a día.

Desprendámonos de la pobreza pero la de nuestro corazón.  La violencia no es algo externo, es algo que cultivamos todos los días en nuestra mente y nuestro corazón cuando creemos que es normal maltratar o burlarse de otro sólo por ser diferente físicamente, o por pensar diferente o, por actuar diferente.

Saben una cosa?.  El cambio que esperamos no está allá afuera.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Imágenes del más allá: El tan ansiado final

Rosa Zárate: Una mujer de acción

Las Marujitas por aquí y por allá