Amigos

El tipo de la mirada perdida y la chaqueta de cuero, el tipo del buen “groove” y la sonrisa inmortal, el tipo loco que no sabe lo que quiere, ahora quiere una amiga, ya no quiere una novia, sólo alguien que no le cuestione nada y le comprenda infinitamente.

Ella no quiere ser su amiga, prefiere olvidarse de él, ha pasado el tiempo y la relación se ha quebrado cada vez un poco más. Él ha dicho que no quiere saber nada de ella y a la gitana –así era como él le llamaba- su orgullo le da fuerzas para no hablarle más.

En una tarde de Messenger él ha decidido dejar sus iras a un lado, tomó una decisión y le costó, está sentado frente al computador y no sabe qué escribir pero ha iniciado una conversación con ella.

Después de entrar en confianza él le pide perdón, dice que lo hace con todo su corazón, así que ella le cree y acepta comenzar una amistad; la tertulia se extiende hasta altas horas de la noche. Ahora él tiene de nick que todos están invitados a su boda.

Ella sorprendida le pregunta sobre eso, a lo que él responde que sí, conoció a alguien y esa persona ya lleva tres meses de embarazo, se casará por que así lo ha dicho su padre y, lo único que él espera es divorciarse pronto.

Ella no sale del shock, le parece increíble, le parece inmaduro, le parece una broma de mal gusto. Él insiste y le pide consejo, no sabe cómo hará ahora con un bebé en su vida.

En medio de la conversación él le pregunta si ella le quiere, a lo que no responde, se niega, frunce el ceño y siente una desesperación y una angustia, una rabia que recorre todo su cuerpo.

Empieza a recordar entonces desde que le conoció, tan distinto, tan “freak” e intrigante a la vez, no podía creer que alguien así llamara su atención; una silueta negra, no se distingue su rostro, su larga y negra cabellera lo cubren por completo. Tiene un par de dijes de cruz que adornan su apariencia. Es raro, es intrigante, es misterioso, es atrayente.

“Sólo si me quieres me podrás perdonar esta broma, no existe ningún embarazo” le dice a ella algo confundido, no sabía cuál sería su reacción; pero después de recordar ese encuentro la gitana no pudo decirle que no.

Ahora existe más confianza, él le ha confesado que es un eterno enamorado de las mujeres, que sin ellas no podría vivir, pero no quiere una novia sólo quiere una confidente, alguien que comprenda sus locuras.

Él le ha confesado que no merece el amor de nadie, que cuando realmente quiera encontrar a esa persona especial está seguro que una gitana estará esperando por él en algún lugar de este mundo.

Pero un día la gitana le vio y no pudo evitar correr a sus brazos y sentir su olor de nuevo, aunque es distinto, ya no tiene la magia que le atrapó, sus besos son extraños, ya no existe amor, pero aún así no pudo separarse de él, ella todavía no descubría cómo hacerlo, eran “amigos”.

Lo único que tuvieron luego de esa conversación fue una amistad engañosa y superficial, él no estaba con ella en sus momentos más difíciles y la gitana siempre terminaba lamentando haberle encontrado, él no quiso hacerlo pero le causó problemas, le dio inestabilidad y le llenaba de tristeza.

Ahora ya no existe nada y ella sólo recuerda la letra de la canción que él un día le escribió: “…tus ojos me atraparon de poder, una gitana me abrazó y la luna cubrió la ilusión. Yo volveré a tomar tu olor, yo volveré a beber tu poder en la noche que te encontré. Esta cita comenzó y no te dejaré...”.

Comentarios

carlitasofia dijo…
Yo se quien es esa persona, todo eso se debe perder, deben quedar las enseñanzas y las cosas buenas nada mas, el no es tu presente ni tu futuro, fue tu pasado
Andrea dijo…
a veces se me hace dificil creer en las promesas y las canciones que ese rato suenan tan sinceras, y me da miedo. Pero las cosas que suceden deben suceder y punto. La extrañeza sera siempre una atracción para cualquiera, lo importante es saber salir de ellas. A tiempo. Abrasitos amiga!

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